Se apresura el armado político de Villarruel.

Definitivamente todos los puentes con la casa Rosada están rotos y la Vicepresidenta lo sabe, por eso apresura su armado político propio y conversa con posibles aliados.

Si bien por ahora solo piensa en un esquema defensivo, que le permita aguantar las embestidas de la Casa Rosada, en especial de Karina Milei y su aliado Santiago Caputo, la decisión del presidente de decir que no hay más relación y que no la considera una propia fue una especia de autorización para blanquear su propio aparato político.

POr ahora los propios son pocos, pero el Senador Nacional Paoltroni confesó en un programa radial que están armando una propuesta con fines electorales y que no vería mal que la encabece la vicepresidenta.

En Diputados también hay algunos legisladores, apartados por el férreo núcleo que rodea al Presidente, que también empiezan a hablar con Villarruel, como Lourdes Arrieta, quién se fue del partido después de la visita a los genocidas y denunciar que la llevaron engañada, o la Legisladora porteña Lucía Montenegro, encargada de organizar un reconocimiento a las víctimas del terrorismo e hija de un instructor de artes marciales vinculado a la Triple A en los 70.

Pero el armado político trasciende las fronteras de la LLA. Quienes están en el día a día del armado de la agenda de Villarruel sostienen que algunos gobernadores hablan con ella, y confían en que se convierta en una opción nacionalista a federal ante el avance del gobierno nacional sobre las autonomías y el desfinanciamiento de las provincias.

De hecho muestran las reuniones que ya ha tenido con el Gobernador Jalil en su visita a la Fiesta Nacional del Poncho, o la reunión que le armó el Gobernador Gustavo Sáenz en Salta, en donde invitó a otros 4 gobernadores y se sumó, a último momento, Claudio Poggi de San Luis.

Mientras tanto la Vicepresidenta tiende puentes con algunos sectores del peronismo, como el grupo encabezado por Guillermo Moreno, quién ya dijo que es un opción interesante, o los allegados a Miguel Ángel Pichetto, cada vez más incómodo dentro del PRO. Una de sus operadoras es Claudia Rucci, quien ocupa un puesto en el Senado de la Nación y que, desde allí, realiza reuniones con otros dirigentes que no tienen espacio dentro del peronismo.

Y por supuesto, lo que más irritó a Milei y compañia, son las cotidianas reuniones que Villarruel ha mantenido, y sigue manteniendo, con Mauricio Macri, quien sugirió en privado que había que ayudarla a armar y prestarle toda la colaboración posible, especulando con estar cerca de quien puede ser una opción ante el posible fracaso del plan económico del Presidente.

Los tiempos se apresuran y desde el oficialismo están intentando socavar el poder de la Vicepresidenta, y su imagen, incluso negociando con sectores que podrían quedarse en la línea sucesoria para cortarle los caminos.