La isla más grande del mundo vive horas decisivas a partir de que el Presidente Trump adelantó la intención de Estados Unidos de comprarla.
Ubicada en la puerta del Mar Báltico, y con más del 80% de su territorio bajo hielo, aunque con el cambio climático esto va cambiando, la isla de Groenlandia, que depende territorialmente del reino de Dinamarca, comenzará una etapa de consulta entre sus 56 mil habitantes para conocer si quieren ser independientes. Si bien este proceso ya tuvo varias etapas, los pobladores siempre eligieron seguir siendo daneses, sobre todo teniendo en cuenta que la economía de la isla depende de los subsidios otorgadas por el gobierno central. Muchos de los habitantes del reino ven con buenos ojos la posibilidad de la independencia de la isla, ya que dejarían de pagar esos subsidios y podrían destinarlos a la economía interna.
Detrás del apuro por el plebiscito está la ya conocida intención de Estados Unidos de poder anexarla, como lo hizo con la Isla de Hawaii, y asi agrandar su territorio. Si bien es cierto que, desde la segunda guerra mundial, los norteamericanos tienen una base militar muy grande, ahora empiezan a descubrir la importancia de ser los dueños de la llave de entrada al Mar Báltico. Pero en realidad muchos especulan conque detrás de la propuesta de compra está el empresario Elon Musk, quien mandó a hacer estudios que determinaron que en las zonas que comenzaron a perder el hielo hay yacimientos de minerales no reconocidos todavía, lo que le daría a este territorio una importancia fundamental para los nuevos tiempos.
Desde Rusia, su canciller, salió a aclarar hoy que están confiados en que el pueblo de Groenlandia podrá realizar su proceso de independencia sin influencias extrañas.
El pueblo de Groenlandia, acostumbrados a que su economía depende exclusivamente de la pesca, y de los subsidios daneses, están pensando seriamente en la posibilidad de convertirse en ciudadanos norteamericanos y poder acceder a otras opciones.