Por Gustavo Hoyo
El gobierno de Milei comenzó con un apoyo que le permitía poder decidir, por si solo, un programa de gobierno similar al que venía prometiendo en campaña.
Sin embargo, no pudo llevar adelante su cometido porque se dio cuenta que no contaba con los cuadros políticos necesarios para hacerse cargo de una gestión.
Repartió los puestos más importantes entre sus seguidores más cercano, pero tuvo que pedir prestados funcionarios de experiencia para poder completar un gabinete que aún, cerca de dos meses de gestión, presenta casilleros en blanco.
Conocedor del lema que dice que “el que pega primero pega dos veces”, se apresuró a enviar un DNU que le permitiría gobernar sin contradicciones, una ley ómnibus que le complicó el panorama.
Sus caprichos no le permitieron tener cintura política para negociar lo que Gobernadores e Intendentes le pedía, y por eso fracasó en su arremetida mucho antes de lo previsto. La idea es que este esquema durase unos 4 meses.
El primer tiempo de Milei se terminó, cuando el Diputado Zago, que en privado lo critica, retiró “el asunto” de la Cámara de Diputados.
Se vienen el segundo tiempo del Gobierno. En Buenos Aires lo espera ansioso Mauricio Macri, quién ya tiene preparado un gabinete paralelo para ofrecerle, con mucha más muñeca y con nombres con experiencia. La primera ficha a cambiar, según el expresidente, es la del Presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, para quién tienen preparado la Jefatura de ANSES, y con el objetivo de poner en su lugar a Cristián Ritondo, un viejo “lobo de mar” con experiencia en roscas. He aquí el primer escollo porque si Milei escucha a alguien es a su hermana, quien sostienen a Martín Menem, dada su cercanía afectiva y política con “Lule” Menem.
Este segundo tiempo ya está listo para comenzar, salvo que en la reunión que el Presidente mantuvo con el Papa, este lo haya convencido que cualquier fórmula es más saludable que darle el poder a Macri.
Igualmente, este no será el planteo definitivo del gobierno de Milei, porque el acercarse a las recetas del expresidente lo pondrán ante una cornisa de la que difícilmente pueda escaparse. Y todos sabemos que cuando uno está en la cornisa lo pero que se puede hacer es dar un paso adelante.
El agravamiento de la crisis social, y la decisión de Macri de salvar sus negocias cumpliendo los compromisos externos antes que los internos, llevarían a l gobierno de Milei a una verdadera encrucijada. Este periodo solo puede durar unos ocho meses, pero se terminará antes si el actual Presidente quiere salvar su gobierno.
Recién ahí llegará el tercer tiempo de MIlei, y tendrá que tejer alianzas con sectores más cercanos al peronismo de Miguel Ángel Pichetto, quien le recomendará arreglar con los gobiernos provinciales y cumplir con los compromisos hacia adentro. Recién ahí el gobierno tendrá interlocutores válidos con el gremialismo y con los “caciques de interior”, quienes podrán sostener la institucionalidad para evitar otra tragedia como la del 2001.
Mientras tanto el peronismo tendrá el desafío de encontrar nuevos líderes que vuelvan a enamorar, que se mantengan cerca de los reclamos populares y que arme un programa de gobierno sin personalismos. En esa renovación hay varios nombres que empiezan a aparecer.
Sin duda hay que mirar hacia el interior para buscarlos, o por lo menos, hacia algún Municipio Bonaerense, aunque esos dirigentes ya no sean Intendentes.