Valentino y la importancia de la Universidad Pública

Cuando Joaquín y Lucila descubrieron que Valentino, de apenas siete meses, tenía una malformación en su pecho, decidieron comenzar con una serie de estudios, que derivó en una operación de sling pulmonar. Pero los problemas no terminaron ahí.

A los médicos les llamo la atención que el niño siguiera respirando con dificultad, y después de más estudios, el cirujano infantil Gastón Bellía Munzón les confirma el diagnóstico del bebé. “Los estudios determinaron que Valentino tenía una estenosis traqueal congénita y una broncomalacia en su bronquio izquierdo, dos afecciones graves, poco frecuentes y con riesgo de muerte”.

Días después y durante un congreso médico realizado en Roma, tuvo la idea que salvaría la vida de Valentino: la colocación de un exoesqueleto de material biodegradable en su bronquio izquierdo, una operación que solo se había hecho una vez en 2013 en Estados Unidos.

“Cuando volvimos a hablar por teléfono, Gastón nos contó la propuesta y cuáles eran los riesgos. Decidimos que le dábamos para adelante, era la vida de nuestro hijo”, cuenta entre lágrimas Lucila. “Antes de la cirugía decidimos sacarlo de la internación para que pudiera volver a ver un poco el sol”.

Un mes después de esa comunicación telefónica, Valentino fue operado con éxito por el equipo médico del CEMIC, que le injertó el exoesqueleto fabricado por lxs investigadorxs del Laboratorio de Biomateriales, Biomecánica y Bioinstrumentación (Lab3Bio) de la Escuela de Ciencia y Tecnología (ECyT) de la UNSAM, que trabajaron a contrarreloj para generar la pieza que le salvó la vida.

El único antecedente para la construcción del exoesqueleto había ocurrido en Estados Unidos, con una inversión de 300 mil dólares.

Sin embargo, a los investigadoxs de la UNSAM, se les ocurrió que con una impresora de 700 dólares, y con mucho trabajo e investigación, se podría intentar salvar la vida de Valentino.

Y así fue.

El martes 15 de agosto de 2023, cuatro años después de la intervención, Valentino, junto con su mamá y su papá, visita por primera vez la UNSAM. Mientras camina y corre por el Campus Miguelete, cuenta que va al jardín, que practica circo y que su papá “hace casas”. En el Edificio Labocluster lo reciben emocionadxs Élida Hermida, Beatriz Araoz y Juan Ignacio Bousquet, los investigadorxs que fabricaron la pequeña pieza que le permitió seguir respirando

El trabajo de la UNSAM puede verse con detalle en el paper científico publicado por el equipo del Lab3Bio titulado “Advantages of FDM and gamma irradiation to manufacture personalized medical devices for airway obstructions”, disponible para su consulta gratuita. “La filosofía con la que nosotros presentamos la publicación es la de presentar una herramienta que pueden usar otros países periféricos. Fue brindar la herramienta para que otra gente que tiene una impresora 3D lo pueda hacer, porque se hizo mucho hincapié en detallar los pasos del proceso de manufactura. Se dejó todo blanco sobre negro para que otros lo puedan hacer”, señala Élida.

Por su parte, Gastón Bellía Munzón destaca el logro médico de la intervención: “Esta operación sentó un precedente. Valentino fue el comienzo y ahora ya hay 18 pacientes operados en Estados Unidos, otros 19 en China y dos más en Argentina con esta técnica”.