El dato, suministrado por un informe de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados (Ciccra), sostiene que cayó el consumo el 11, 2 % interanual y se está por debajo de los 47 kilos per cápita.
Si bien el precio de la carne se mantuvo por debajo de los indicadores del proceso inflacionario, la caída del consumo llevo a los frigoríficos y productores hablen de parámetros de consumo iguales a los de 1996, la cifra histórica mas baja de los últimos 100 años.
En los últimos días, y pese a la caída, los precios de la proteína vacuna volvió a aumentar, imitando las subas producidas en el pollo y la carne de cerdo, lo que significa un nuevo golpe al bolsillo de los consumidores.
Esta baja no afecta directamente al mercado ya que se han incrementado las exportaciones de carne con hueso a China y otros países asiáticos.
Sergio Pedace, vicepresidente de la Cámara Argentina de Matarifes y Abastecedores (Camya) coincidió en que la recuperación del valor de la carne vacuna a fin de año “será poca, no grandes cosas”. Para el especialista, “Obviamente, el bolsillo argentino se puede ir arreglando un poquito y eso va a mejorar algo, no mucho más” dijo y subrayó que por otro lado, el precio de la carne no se vincula con la inflación general, sino con la relación de oferta y demanda, y más atado al dólar y a la demanda externa. “Eso es lo que vemos”, destacó.